En muchas de las casas de Castilla La Mancha existían y aún existen (aunque solo para visitarlas) cuevas en las que los agricultores guardaban el vino que hacían en su misma casa.
En algunas ciudades de Castilla La Mancha, cuando paseamos por sus calles, veremos en sus aceras las típicas «Lumbreras» las cuales son la salida de aireación de las cuevas-bodega, casi todas las casas disponían de una cueva en la que el propio agricultor guardaba el vino que elaboraba en unas tinajas de barro grandes, con una media de 300 arrobas (aproximadamente unos 4.800 litros), lo buena de las cuevas es que mantenían una temperatura media de 16 grados en su interior, lo cual era lo ideal para conservar el vino.
A mediados del siglo XX, la apertura de grandes bodegas y cooperativas trajo consigo que las cuevas fueran perdiendo importancia hasta solo quedar un pequeño porcentaje de ellas, sus dueños querían guardar su vino al margen de las grandes bodegas.
Actualmente, puedes visitar algunas de esas Cuevas que se siguen conservando y forman parte de una de las actividades más interesante del Enoturismo en Castilla La Mancha.
¡CASTILLA LA MANCHA ENGANCHA!